óleo

Triturar esta manta de agua
con la pequeña y redonda fresa de los ojos
matar a la presa por matar
insistir en la dominación
llover en interiores
ser la fruta roja
hasta alcanzar una categoría oleosa y negra
mi sino sin embargo
es otro

Otro otoño
pero
la política ha tendido al árbol de hoja perenne
y ahora sí
levitar o morir

Siento la filantropía ahora
que eres un elocuente abstracto de la inhumanidad
eres tú y
te plantas como una capaz heredera
en tu terreno
y yo yago en la montaña
en el dedo de la yaga
en la montaña de caprichos
en descomposición
junto a la perra que te acompañó toda la vida
con ese nombre como del país de nunca jamás
donde tú estás

fuimos al cine al revés
empezamos por la soledad
y voy a acabar sola y viendo
hace mucho que te quiero

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qué habrás estado deseando, desde tu triste trópico, mientras brindábamos
yo era el tráfago el trago de saliva el trigo a la altura exacta de las cosas;
tu fijación
era con la mediocridad

desde el otro lado, cabeceo y llevo la copa en equilibrio
bocabajo
tu endiosado cuerpo me resbala por el pelo
y tu olor,
por fin,
es agrio

una gran mujer se precipita desde lo alto
y ese vuelo sin motor es el de una gárgola
que reviente en un paisaje tripolitano
las masas se reúnen en semicírculo
por la justa compensación de los pedazos
y su setenta por ciento de agua se seca al sol
como se va secando un río al que tú escupes
luego tiras alguna moneda
luego nada
una acera
un accidente
geográfico

para diferenciar el río del estanque
la ducha americana de la verdadera
el chirimiri de la inclemencia
el jarro de agua fría de la regadera
tu decías blandiendo tu poesía:
para ponernos el nombre

Siempre llora el mismo niño
por las delicias
Confundirlo con un gato es sólo
uno de mis contractuales desatinos

De todas formas otras veces
paseo un sentido grave de la iluminación
y es justo antes de que me asalte la ceguera genética
por parte de mi madre
que la madre de mi abuela me toca con una varita
y me elige de entre miles con las cuencas huecas
entonces soy canina
sólo
en el olfato
y es entonces cuando pierdo el tacto
hasta conmigo
y es de mal gusto

carcaj adamantino

Sufro como una mano por un escotóforo
Buscando un anodino tesoro
Un pequeño euro
Bisutería
Sufro como un equivocado pero consciente Midas
De repente enfrente de tanto gigante
Con unas garras hipotróficas
Y las amígdalas infladas
Puedo respirar bajo el agua con dolor
Y aquí abajo vive el terrorismo como un géiser incógnito e indeciso.

En conserva y multiforma el sufrimiento sobrevivirá al último cisma
Porque en el vacío toco fondo a la vez que tú.
Y en el fondo
de las demás fuerzas
desconfío.