Un insecto proyecta poliedros chocando en el hueco de mi mano contra la encimera.
No sé hasta dónde llevar mi poder,
me acaricia una muerte por aplastamiento
y escucho que les suministran el alimento por un tubo que llevan hasta el interior de la cámara.
Ojalá mi brazo a veces fuera robótico y fuera lejos
pero soy un mono apartándote las moscas y,
mientras decido,
se abren huecos entre mis dedos.
El hormigueo es artificial,
mi construcción:
débil.